Pero no... esta historia no empezaba ahí... unas horas antes y kilómetros atrás a él no se le podría haber ocurrido otra cosa que decirle a ella "Que cómoda eres amiga" y tumbarse en su regazo (bueno, la chica era simpática porque no?), es lo que tienen los niños, no saben hacer cosas de hombres. Ahora, ante la tesitura de quedarse con la duda de a que saben los labios de esos ojos cielo, cualquiera puede madurar muy rápido.
"Confías en mi?"
Fue la frase más ingeniosa que se le ocurrió al mismo niño aproximadamente 20min después porque se moría de ganas por besar a esa simpática señorita.
"Flipastes tu, flipe yo y flipo toda la guagua"
Parlotean años después "los niños inflados por la edad" que conocen algo de estar enamorados y saben que "el amor nunca muere, solo cambia de lugar en la memoria".