J.A. y M.N. se encontraron al cariño
delante, lo pasaron de largo y se permitieron enamorarse y asi llegar a un
final. Esos que son los finales de verdad,
aquellos donde crecen, juntos comparten y acaban de ese modo. Ya no hacen falta
las perdices en los cuentos modernos, solo la afinidad comprensión y cariño que
ellos tenían.
J.A. y M.N. fueron felices juntos, pero
esto es la vida real y así no pasan las cosas amigo. Elegir es renunciar al
resto, pero elegir se hace en función al propio criterio, y no siempre sigue
esa lógica de la que presumen los que dicen estar cuerdos. Antes loco de amor
que amar por locura y no siempre podemos agarrarnos a los personajes de
nuestras novelas románticas porque la vida no te escribe a ti con tanto empeño
como tú a ella. J.A. no pierde porque su vida perfecta es de novela.
Él,
en cambio, le dijo a la ambigüedad de sus decisiones que lo que para otros era
derrota él lo saborearía como su victoria. A lo sumo, las consecuencias acabarían
con él y con el Sr tiempo discutiría pero ahora no tiene caso.
Ahora gano porque obro con razón, pues, ¿Qué
razón mejor que la del corazón?